Santiago. 22 mayo 2019. Un significativo descenso en la percepción de bienestar entre los chilenos, fenómeno centrado especialmente en asuntos relacionados con aspectos financieros. Eso es lo que muestra la versión 2019 de un completo estudio sobre este tema que se realiza desde 2016 en el país.
El Índice de Bienestar en su versión 2019 fue elaborado por GfK Adimark, la Clínica U. de los Andes y la empresa Salcobrand. De acuerdo con esta encuesta, el nivel de satisfacción con el bienestar personal descendió al 26%, lo que implica una caída de 8 puntos porcentuales con respecto al año pasado (34%).
Al mismo tiempo, es la cifra más baja desde que se aplica el sondeo: en 2016 el porcentaje de quienes se declaraban “muy satisfechos” en cuanto a bienestar fue de 29%. De hecho, este porcentaje venía en ascenso sostenido desde el año inicial, pero sufrió una brusca caída en el reporte dado a conocer ahora (ver infografía).
Al mismo tiempo, la proporción de encuestados que se declara “nada satisfecho” con el propio bienestar en general subió al 5%, el más alto desde 2016
Pesimismo sobre el futuro
Uno de los aspectos en los que el Índice de Bienestar 2019 mostró descensos más significativos fue en el financiero. Así, bajó el porcentaje de quienes dicen que pueden destinar una parte de su presupuesto a realizar actividades que disfrutan -desde salir a comer a actividades culturales y viajes- (12%, frente al 14% en 2018).
En cuanto a quienes declaran tener un nivel de deudas “razonable”, el porcentaje registrado este año se mantiene en el 11% con respecto al sondeo anterior.
Las proyecciones que los encuestados hacen sobre su situación económica en los próximos cinco años también se ven ahora más desalentadoras. La proporción de quienes piensan que será mejor que la actual bajó al 53% (frente al 61% en 2018), lo que también quiebra una tendencia al alza que venía desde 2016. Quienes consideran que la situación será peor suben al 7%, la mayor cifra desde que se realiza este sondeo.
En el ítem salud, el estudio mostró también descensos en aspectos relacionados con el acceso. De esta manera, quienes responden con un “sí” a la pregunta sobre si pueden consultar a un médico cada vez que lo necesitan bajó diez puntos porcentuales en 2019 (73%, frente a 83% el año pasado). También baja la cifra relacionada con el acceso a especialistas en el caso de sufrir un problema de salud mental.
Sobre prácticas de vida sana, el índice detecta menor entusiasmo por acciones como consumir regularmente frutas o verduras o mantener hábitos alimenticios correctos. “Vemos que hay un estancamiento de las prácticas saludables”, resume María José Fuentealba, gerenta de Sostenibilidad y Comunicaciones de Salcobrand. Así, según la encuesta, quienes declaran consumir regularmente frutas y verduras bajaron del 30% al 25%. El descenso fue mayor entre las mujeres (del 38% al 30%).
Ronald Reid, jefe de Medicina Interna de Clínica Universidad de los Andes, dice que “puede deberse a cierto pesimismo respecto al estado de salud o cierta frustración al no evidenciar mejoras con los esfuerzos previos”. En este plano, considera que en esta percepción generalizada “puede influir la publicidad, que transmite ideales de vida saludable que escapan de las posibilidades reales de la gente”.
No obstante, un punto positivo que evidencia el sondeo es la vida sexual. En este aspecto, el 30% de los encuestados se declara satisfecho. Es la cifra más elevada en cuatro años y duplica la registrada en 2016.
Factores
¿A qué se debe el descenso en la sensación de bienestar general? Luis Garrido Vergara, sociólogo y subdirector del Departamento de Gestión y Políticas Públicas de la U. de Santiago, apunta a los factores de la desigualdad y la preocupación por la situación laboral.
“Inciden la inequidad en los ingresos, la desigualdad persiste como un fenómeno preocupante y el rol del Estado en proveer servicios básicos, que es un tema que sigue siendo relevante para entender por qué no estamos satisfechos”, plantea, y recuerda que de acuerdo con el coeficiente GINI del Banco Mundial, Chile se ubica entre los países más desiguales.
“Los resultados revelan cierta resignación y pesimismo ante la realidad que se está viviendo”, añade Fuentealba.
Para el estudio se realizaron 1.001 encuestas en hogares entre el 7 de enero y 10 de febrero de 2019 en Santiago y otras siete ciudades.
Fuente: La Tercera.