Santiago. 4 julio 2017. Con el objetivo de dar el puntapié inicial al proceso de modernización del Acuerdo de Asociación Chile–Unión Europea (firmado en 2002), e informar de los nuevos desafíos que esto supone para ambas partes negociadoras, la jefa de la Delegación de la Unión Europea en Chile, Stella Zervoudaki, y la Directora General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon), Paulina Nazal, encabezaron el primer conversatorio entre nuestro país y el bloque. El evento, realizado en el Hotel Crowne Plaza, reunió a más de 150 asistentes, entre autoridades de gobierno, parlamentarios y organizaciones de la sociedad civil.
Actualmente, ambas partes están trabajando en un documento donde abordan los temas que debería contemplar una eventual actualización y modernización del Acuerdo de Asociación (AA).
“Chile tiene una gran importancia para la Unión Europea y es un socio natural en América Latina. Compartimos valores esenciales como la paz, la democracia y el respeto de los derechos humanos. Ambos contribuimos al sistema multilateral y trabajamos juntos para cumplir la agenda de desarrollo sostenible, en la lucha contra el cambio climático y en la protección de nuestros océanos. Tenemos la misma visión sobre mercados abiertos y libre comercio como instrumentos poderosos para promover el desarrollo sostenible y la inversión, crear empleos y fomentar la innovación”, comentó la Embajadora Stella Zervoudaki.
Mientras que Paulina Nazal, Directora General de la Direcon, explicó que en la modernización del Acuerdo de Asociación, además de actualizar las disciplinas existentes, se deberían incorporar nuevas áreas.
“Temas como Energía y desarrollo sustentable, el aspecto Laboral, Medioambiental, Responsabilidad Social Empresarial, y Género y Comercio -algo que Chile ya ha trabajado con Uruguay y Canadá, y que se está viendo con Argentina y con la Alianza del Pacífico- son parte de lo que debería contemplarse en la modernización del AA”, puntualizó.
Respecto de los ámbitos tradicionales, también habría espacio para crecer.
“Tenemos el desafío de ampliar el Acuerdo de Asociación en materia de Servicios, Inversiones y de Bienes. Aunque más del 90% del comercio bilateral ya está liberalizado, es momento de ampliarlo. Por ejemplo, en alimentos como los lácteos, cereales, arroz y aceite de oliva – producto con valor agregado de alta calidad-, por nombrar algunos, hay potenciales interesantes”, dijo Pablo Urria, director de Asuntos Económicos Bilaterales de la Direcon.
Chile y la UE han acordado reforzar la cooperación en turismo, promoción de pequeñas y medianas empresas y responsabilidad social empresarial. Tienen un importante Acuerdo de Cooperación Científica y Tecnológica y han concluido el primer acuerdo de reconocimiento mutuo de productos orgánicos. Además, tienen programas para los jóvenes estudiantes chilenos, como el programa Erasmus+, que facilita la creación de vínculos entre las personas a través del intercambio, elementos esenciales para un mejor entendimiento y un mundo más fuerte. Pero, siguen habiendo desafíos.
“Tenemos un desafío en materia de innovación. Nosotros aspiramos a pasar de los $450 millones de dólares que exportamos en bienes y servicios asociados a la minería a exportar 4 mil millones de dólares. Aspiramos a que en turismo sustentable, un turista gaste el doble de lo que gasta hoy, de forma de igualarnos a Nueva Zelanda, por ejemplo. Queremos duplicar nuestras exportaciones de alimentos saludables sobre la base de agregar innovación. Ésos son los objetivos que tenemos como país y creo que la complementariedad que podemos lograr con Europa es significativa y el espacio de colaboración es importante”, dijo Luis Felipe Céspedes.
En el conversatorio, además de las autoridades mencionadas, participaron el subsecretario de RREE, Edgardo Riveros; Isabel Allende, Presidente del Comité de Asociación Parlamentario; Alfredo Moreno, Presidente de la CPC; Vicente Caruz, Presidente de Eurochile; Ronald Bown, Presidente de la Asociación de Exportadores de Frutas; Hernán Calderón, Presidente de CONADECUS; y el subdirector Internacional de ProChile, Rafael Sabat, entre otros.
Relaciones económicas y comerciales
Desde la entrada en vigor del pilar comercial del Acuerdo, en 2003, el comercio bilateral se ha duplicado, alcanzando los € 15,9 mil millones en 2016. La UE es el tercer socio comercial más importante de Chile, con un 15% del comercio total de bienes.
El comercio entre Chile y la UE es diversificado y beneficia a una amplia gama de sectores económicos. Desde 2012, la fruta, el vino y la celulosa constituyen más de la mitad de las exportaciones chilenas a la UE, superando a los productos de cobre. En sectores como bebidas, frutas y productos del mar el crecimiento de las importaciones de la UE desde Chile reporta cifras de dos dígitos. El comercio de servicios es cada vez más importante. Entre 2004 y 2012, las importaciones de servicios chilenos por parte de la UE aumentaron un 94%.
La Unión Europea es el mayor inversionista extranjero en Chile, con 33% del stock. El flujo de inversiones de la UE a Chile casi duplicó en los primeros 10 años de vigencia del acuerdo. Las inversiones de la UE en Chile per cápita son mayores que en Brasil, México y China juntos. Las inversiones europeas aportan know-how, tecnologías y capacitación técnica que pueden ser útiles en el desarrollo de Chile y la diversificación de su economía. También son clave en la diversificación energética y la reducción de emisiones: Chile recibe el 36% de los 58.800 millones de dólares invertidos por la UE en renovables en América Latina.
La UE y Chile también coinciden en la relevancia de las pymes para la creación de empleo y la innovación. El comercio lo refleja: el 40% de las empresas chilenas que exportan a la UE son PYMEs.