Santiago. 13 mayo 23017. Hace menos de un mes abrió la franquicia santiaguina de este emblema de Punta Arenas, que sirve únicamente pan con pasta de chorizo y leche con plátano.
Antes que todo, una confesión: al pensar en la mezcla de choripán con leche con plátano, este cronista pensó inmediatamente que la gastritis era el resultado inevitable. Sé que ese temor es común en varios santiaguinos que ven en los sánguches del Kiosko Roca una purga casi segura. ¿Pero se justifican esos prejuicios?
El Kiosko Roca es un emblema de Punta Arenas, a tal punto que los locales dicen que si no comes un choripán con leche con plátano allí, no fuiste realmente a la ciudad puerto del extremo sur. Hace menos de un mes comenzó sus operaciones la franquicia santiaguina del Kiosko Roca, en Vicuña Mackenna con Irarrázaval, con la misma carta y los mismos precios.
Hay sólo dos preparaciones: hallulla con pasta de chorizo, y hallula con pasta de chorizo y queso (a $500 el primero y $600 el último). El tamaño es engañoso: son chicos, pero llenan bastante. Dos, a lo más tres, constituyen una comida de campeones.
El pan en sí es chico, pero de buena calidad. Lo extraño realmente, al menos para un santiaguino que se enfrenta a esto por primera vez, es la pasta de chorizo. Porque aunque de sabor correcto, la textura pastosa la ubica en el extremo opuesto de lo deseable para un embutido (entre más cercano a la carne real, mejor, ¿no?). De hecho la consistencia semi cremosa dejaba la duda si la pasta estaba cocinada o no.
La leche con plátano estaba bien, no tan dulce, más líquida que espesa y recién hecha.
Y el local en sí es cómodo, con banderas de Magallanes en las paredes, fotos del local de Punta Arenas y bajo la barra, unos recuerdos muy en la onda feria artesanal de la ciudad más austral de Chile. Lindo.
Entonces ¿la mezcla de choripán con leche con plátano provocó gastritis? No, aunque tampoco podría decirse que una combinación light. Quizás, en el frío austral de Punta Arenas tenga más sentido que en estas latitudes.
Fuente: La Hora.