Río Gallegos. 4 septiembre 2021. Desde 1949, el 4 de septiembre se celebra el “Día Nacional del Inmigrante”. Esta fecha fue establecida por el Decreto Nº 21.430, durante la presidencia de Juan Domingo Perón, en conmemoración al día en que, en 1812, el Primer Triunvirato firmó el primer decreto fomentando la acogida en nuestro país “a los individuos de todas las naciones y a sus familias que deseen fijar su domicilio en el territorio”. En este día se honra el aporte histórico y cultural que las y los inmigrantes tuvieron y tienen en la Argentina.
Desde entonces hasta la actualidad la Argentina logró un aporte histórico y cultural para los y las inmigrantes. A su vez, desde la Dirección Nacional de Equidad Racial, personas migrantes y refugiadas, dependiente de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, se trabaja en acciones tendientes a favorecer el acceso a derechos y se reconoce el aporte fundamental que las y los inmigrantes realizan en el país.
El lazo inmigrante entre Argentina y Chile
El titular del Centro Chileno de Río Gallegos con asiento en nuestra ciudad, Tomás Bringas, dialogó con La Opinión Austral y analizó las diferentes olas migratorias de la comunidad chilena en nuestra provincia.
“La emigración chilena a la provincia no tiene un origen preciso, siendo un elemento importante el hecho que la frontera entre nuestros países se ubica en una cordillera (de los Andes) de muy baja altura que facilita el cruce durante todo el año.
La región de Chiloé es la principal fuente de emigrantes chilenos, que vinieron inicialmente como trabajadores temporales, entre octubre y marzo, para las tareas de esquila en las estancias de Santa Cruz, para luego volver a Chile”, subrayó.
“Es decir -agregó-, agricultores y pescadores cambiaban de labor para ser esquiladores, cocineros, instaladores de cercos, obreros con y sin experiencia en diversidad de tareas. Una primera oleada de trabajadores puede precisarse entre los años 20 y 40 del Siglo XX”, detalló Bringas.
Luego, continuó, “una segunda corriente migratoria se ubica en los 50 y 60 del Siglo XX, cuando muchos de aquellos trabajadores temporales decidieron quedarse en Santa Cruz con la idea de iniciar una nueva vida. Se instalaron en lo que es hoy el barrio Belgrano, con sus familias a desarrollar un proyecto.
Ellos proveyeron la mano de obra básica para ayudar en la construcción de Río Gallegos como ciudad y las estancias como unidades productivas: fueron obreros, cocineros, jardineros, constructores, empleados públicos, vendedores y comerciantes”.
“Es decir, una corriente migratoria siguiendo las mejores oportunidades que ofrecía Argentina.
Ello sin perder su lazo familiar con padres, tíos, primos y sobrinos que quedaron en Chile. Así se comenzó un flujo regular y creciente de residentes argentinos de origen chileno que iban y venían los fines de semana entre Argentina y Chile para visitar parientes, realizar compras y hacer trámites de todo tipo”.