Punta Arenas. 9 junio 2017.- Un grupo de siete alumnos de INACAP Punta Arenas, liderados por el Coordinador de Emprendimiento e Innovación, Francisco Albornoz, apoyaron a alrededor de 150 mujeres magallánicas en su postulación de proyectos de negocios al Capital Semilla 2017 de Sernameg Magallanes.
Así, durante las seis semanas previas al cierre de la postulación a los recursos procedentes del Fondo de Desarrollo de Magallanes, Fondema, los alumnos de Ingeniería en Administración de Empresas mención Personas, Cristián Araya, Lissette Cvitanic, Hugo Espinoza, Francisco Tapia, Richard Vásquez y las alumnas de Psicopedagogía, Daniela Álvarez, Rocío Carvallo, Camila Díaz y Daniela Vargas, capacitaron a alrededor de 150 mujeres con el objetivo de ayudarlas a plasmar su idea de negocios en los formularios de postulación. La asesoría forma parte del Convenio Marco de Colaboración suscrito el año pasado entre INACAP y Sernameg y se desarrolla a través del Programa de Desarrollo de Innovación y Emprendimiento, como parte del Plan de Vinculación con el Medio 2017.
La Coordinadora del Programa Capital Semilla 2017 de Sernameg Magallanes, Pamela Díaz, explica que “ha sido una excelente experiencia, tanto para las participantes como para los alumnos de INACAP, pues han tomado conciencia que se desarrollan en un hábitat confortable, muy distinto a otras realidades. Además, han podido ver las diferentes formas en que aprenden las personas; las mujeres que participaron están acostumbradas a hacer cosas, no utilizan herramientas de planificación o gestión, por lo cual es un verdadero desafío pararse frente a este tipo de estudiantes”.
Agrega que “si bien tenemos muchas oportunidades de mejora, logramos el objetivo que era disminuir la distancia entre el formulario y ellas. Esta asesoría se ha constituido un derecho, pues todas sienten que tienen igual derecho a ser las ganadoras. Esto se debe a que los chicos han hecho un excelente trabajo y además fueron capaces, desde la empatía, de pedir refuerzo a sus compañeras de Psicopedagogía”. Pamela Díaz explica que, si bien este apoyo extra no estaba considerado en el diseño inicial, se incluyó debido a la participación de varias mujeres analfabetas”.
Camila Díaz, de tercer año de Psicopedagogía cuenta que ella también tuvo que lidiar con su propia ansiedad. “Al principio me sentí ansiosa, porque no sabía dónde iba a llegar. Había señoras que no sabían cómo iniciar su idea, o no tenían la redacción para explicar su negocio. Después, todas querían que estuvieras con ellas para plantear sus inquietudes a los asesores, pues algunas eran muy vergonzosas”. En general, los jóvenes que participaron como asesores valoraron especialmente el trabajo multidisciplinario que se gesta en estas instancias de participación, pues les permite apoyarse con sus pares de otras disciplinas.
Uno de los mayores desafíos fue abordar un público diverso. Las profesionales María Paz Díaz (enfermera) y Paulina Mora (diseñadora) valoraron el apoyo recibido pues “nos ha servido para aclarar las dudas. Habíamos leído el formulario antes y veníamos preparadas, pero en verdad nos ayudaron mucho porque había conceptos que no manejamos y que quedaron claros con la exposición de los asesores”.
A juicio de Cristián Araya, alumno de cuarto año de Ingeniería en Administración de Empresas mención Personas, “es una gran oportunidad que INACAP tenga una vinculación con el medio porque nos abre la mirada. Nosotros nos programamos siempre para entrar al campo laboral a través de una empresa, pero igual podemos trabajar directamente con las personas, a través de otro perfil profesional asociado a la entrega de conocimientos y asesoría. Además, estas actividades tienen un desafío adicional que es la interacción con las señoras y un valor distinto para nosotros, pues es parte de la responsabilidad social empresarial de cada uno”.