Santiago. 2 septiembre 2019. Este lunes se votará en la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados, el proyecto de ley que busca reducir la jornada laboral a 40 horas a la semana, para despacharlo a sala y, de esta forma, cumplir con su primer trámite legislativo.
El proyecto impulsado por la diputada comunista Camila Vallejo, que pretende reducir la jornada laboral a 40 horas a la semana, se votará este lunes en la Comisión de Trabajo de la Cámara, instancia a la que fue invitado el ministro Nicolás Monckeberg.
A pesar que la oposición pretende despacharlo a sala este mismo lunes, el Gobierno ha insistido en declarar la iniciativa inadmisible por inconstitucionalidad. El oficialismo incluso recordará que cuatro presidentes de la Cámara y el Senado han descartado mociones sobre rebaja de jornada laboral.
Se trata en específico de sendos informes de los socialistas Osvaldo Andrade y Fidel Espinoza de marzo y abril de 2017, quienes en ejercicio de la presidencia de la Cámara señalaron a la sala que la iniciativa era inadmisible.
El diputado de Renovación Nacional, Francisco Eguiguren, integrante de la Comisión de Trabajo, apuntó a una posible inconstitucionalidad del proyecto y llamó a generar acuerdos desde las distintas colectividades.
“Es inconstitucional, no tiene cómo arribar a buen puerto (…) Tenemos que trabajar para los grandes trabajos, que significa ceder por todos lados”, opinó.
A pesar de esto, la diputada del Frente Amplio, Gael Yeomans, presidenta de la Comisión de Trabajo, anticipó que los partidos que impulsan la medida mantendrán una reunión previa a la sesión, con el fin de lograr acuerdos que permitan despachar el proyecto.
“Nosotros en la mañana vamos a juntarnos con la Democracia Cristiana y los distintos partidos que estamos impulsando el proyecto de ley, para llegar a un acuerdo en materia de indicaciones y sobre todo en lo que tiene que ver con gradualidad, poder tener una postura conjunta”, adelantó.
A esto se refirió el diputado DC, Gabriel Silber, quien aseguró que buscarán generar consensos, añadiendo que la gradualidad en la implementación de la normativa será fundamental en las negociaciones.
“Esperamos que la oposición se allane a buscar acuerdos, pero hemos sido majaderos en que el éxito de ésta depende de no afectar la pequeña y mediana empresa, y que la gradualidad en la implementación de esta reforma hace la diferencia en términos de tener una reducción de jornada laboral”, opinó.
La comisión discutirá y votará, en dos sesiones, el proyecto de 40 horas, para despacharlo a la sala. La iniciativa del Gobierno de flexibilidad laboral, en tanto, aún no recibe la indicación que reduciría la jornada a 41 horas en promedio a la semana.
La reducción de la jornada laboral se tomó durante las últimas semanas el debate político en nuestro país, provocando en la ciudadanía grandes expectativas respecto a una materia sumamente sensible como es el posible aumento de las horas de descanso.
Por un lado, reflotó el proyecto impulsado desde 2017 por la diputada comunista, Camila Vallejo, que busca reducir el tiempo de trabajo de 45 a 40 horas semanales.
En paralelo, el Ejecutivo arremetió con otra moción que reduciría la jornada a “41 horas promedio”, a través del proyecto de flexibilidad laboral ingresado al Senado y que cuenta con suma urgencia.
Actualmente el Código del Trabajo fija en 45 el máximo de horas semanales que puede durar la sumatoria de jornadas laborales por semana.
En ese sentido, el Ejecutivo busca modificar el Código del Trabajo permitiendo a empresas poder distribuir en 4, 5 o 6 días el tiempo de trabajo semanal, fundamentando esta postura en el aumento de las solicitudes excepcionales para lograr ese cometido que, desde hace algunos años, está recibiendo la Dirección del Trabajo.
Por su parte, la propuesta de Vallejo, que incluso encontró apoyo en algunos parlamentarios del oficialismo como el senador RN, Juan Manuel Ossandón y la diputada del mismo partido, Francesca Muñoz, no apunta a flexibilizar o adaptar la jornada laboral al gusto del empleador o trabajador.
En concreto, se remite a reducir el tiempo semanal que se dedica al trabajo con el fin de acercarse al nivel de los países de la OCDE, asegurando que la modificación traerá consigo también un aumento de la productividad, tal como ocurrió en esos países cuando se implementó.
Ambas iniciativas, en la teoría, traerían como beneficio para el trabajador una reducción del tiempo que éste dedica a trabajar, lo que se traduce en más cantidad de tiempo libre para destinar al descanso o la entretención. Al mismo tiempo, las dos mociones pretenden dar tiempo para que las Pymes adopten los cambios con un margen mayor para concretarlos.