Punta Arenas. 30 marzo 2019. La península Antártica es una de las zonas del Planeta que está siendo más afectadas por el calentamiento global. El glaciar Collins, ubicado en bahía Fildes (Isla Rey Jorge), es uno de los lugares que ha despertado el interés científico nacional e internacional debido a su evidente retroceso en los últimos 50 años.
Durante la Expedición Científica Antártica (ECA) 55, la oceanógrafa del Instituto Antártico Chileno (INACh) y del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh), Dra. Lorena Rebolledo, realizó mediciones in situ en las cercanías del glaciar Collins, donde observó la influencia directa del freshening.
El freshening o “desalinización” es un fenómeno que se produce debido al ingreso de agua dulce a los océanos, producto del derretimiento de las masas de hielo. Ocurre por consecuencia de un aumento de temperatura ocasionada por el cambio global.
“A menos de 300 metros de distancia del glaciar, realizamos siete lances de una sonda oceanográfica CTD Cast-Away, equipo que registra la condición actual de temperatura y salinidad en el mar”, explica la investigadora.
A partir ello, se determinó que, a los 12 metros de profundidad, la temperatura del agua en las cercanías del glaciar Collins fluctuó entre 0.7°C y 1.1°C.
“Las mediciones que hicimos indican que mientras más cerca del glaciar, la columna de agua es menos salina y más fría. Allí es posible ver el efecto directo del derretimiento de los hielos en el océano Austral y, por lo tanto, la influencia del freshening”, asegura la Dra. Rebolledo.
Paralelamente, la científica observó que en las cercanías del glaciar Collins, la columna de agua es estratificada, lo que significa que allí es posible distinguir la capa de agua dulce provocada por los deshielos. Esto difiere de lo que ocurre en las afueras del glaciar, donde existe una masa homogénea respecto de la temperatura y salinidad.
Los registros obtenidos por la investigadora servirán como información base para entender, por ejemplo, cuál es el rango térmico al que están adaptadas las especies de los ecosistemas marinos antárticos. A su vez, ello le permitirá saber cómo el océano Austral enfrentará los escenarios futuros que proyecta el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC).