Santiago. 12 mayo 2017. El destacado columnista conversó con EL MURO para analizar el complejo momento que atraviesa la Nueva Mayoría. Según su mirada, lo más destacable de lo que está ocurriendo, más allá de observar el surgimiento de una nueva fuerza política, es el hecho de que Pinochet haya dejado de ser, por primera vez desde el retorno a la democracia, un factor que divide las aguas en la política chilena.
¿A qué se debe el estado actual de la Nueva Mayoría?
Lo atribuyo principalmente al fracaso del gobierno. Me parece un efecto consustancial, más allá del error que puedan haber cometido los partidos al no prever un escenario como el que enfrentan ahora.
Y dentro de ese contexto, ¿es Bachelet la principal responsable?
Así es. Ella debió ser la líder de la Nueva Mayoría, pero esa responsabilidad no la cumplió, o si la cumplió, lo hizo muy mal. Si el gobierno hubiese tenido éxito, ninguno de estos problemas se habría desencadenado.
Si la izquierda y el centro están tan fraccionados, confundidos, y divididos, se debe exclusivamente a que el gobierno ha hecho mal las cosas.
¿Este cisma abre una ventana de oportunidad para que el Frente Amplio crezca a costa de la Nueva Mayoría?
Para la centroizquierda, estos miembros del Frente Amplio eran actores políticos muy secundarios, a los cuales la propia coalición oficialista miraba con simpatía y complicidad, ya que veían en ellos un arrojo y una inocencia que se la compraban. Y ahora descubren que a estos cachorros les salieron dientes, y que hoy amenazan al conglomerado.
No sé de qué manera los candidatos de la Nueva Mayoría van a interpretar esto del Frente Amplio. Si van a continuar con esa mirada de “abuelo” que tienen sobre este fenómeno político, o si van a interpretar que el Frente Amplio son sus verdaderos enemigos, en el sentido de que ellos pueden derrotar al oficialismo.
¿El Frente Amplio es hoy el principal enemigo de la Nueva Mayoría? ¿Más que la centroderecha?
La peor pesadilla que tiene en este momento la centroizquierda es que ni Carolina Goic ni Alejandro Guillier pasen a segunda vuelta, y que quien lo haga sea Beatriz Sánchez. Eso sería un descalabro.
¿Existe una amenaza a dos bandas para el bloque de gobierno?
Para muchos jóvenes del Frente Amplio hoy, más que derrotar a la derecha en esta pasada, lo que les interesa es pasarle la aplanadora a esta centroizquierda que está agónica y pasando por el peor momento de su historia.
La impresión que queda es que el verdadero enemigo para la Nueva Mayoría es el que te puede derrotar directamente.
¿La Nueva Mayoría está en una fase terminal?
Todavía hay algún espacio para rescatar lo que queda del conglomerado.
¿Pero las declaraciones del diputado Matías Walker parecen ser un indicativo de eso, al señalar que una Nueva Mayoría sin la DC es como una “UP 2.0” ?
Esas declaraciones y ese tipo de diagnóstico un poco alarmista hay que tomárselo en serio, pero no literalmente, ya que queda un margen de negociación todavía.
Es complicado para la Nueva Mayoría ir con dos candidatos presidenciales, pero no imposible, porque siempre existe una posibilidad de acuerdo después de la primera vuelta.
No siendo un experto electoral, me da la impresión de que si la centroizquierda va con dos listas puede haber subpactos. Ahora, que la centroizquierda se quedó sin proyecto es un hecho real.
Y pareciera que el clivaje dictadura-democracia ya no funciona para mantener unido al bloque.
Lo verdaderamente nuevo de la situación que estamos viviendo no es que esté apareciendo una tercera alternativa, que es el Frente Amplio, sino que lo nuevo es que por primera vez, 20 años después de que Pinochet abandonara la actividad pública, y 10 años después de su muerte, hoy por primera vez Pinochet está dejando de ser la piedra que divide las aguas en la política chilena.
Y no las divide ya en la derecha, porque en la derecha convive gente que apoyó la dictadura y gente que no le tenía ninguna simpatía; y tampoco divide a la izquierda, porque para el Frente Amplio, el solo hecho de haber sido opositor a la dictadura no califica para llamarse de izquierda.
¿Las diferencias que se generarán en la competencia presidencial de la Nueva Mayoría pueden provocar una división insalvable de cara a la segunda vuelta?
Afecta sobre todo la épica del proyecto político de la Nueva Mayoría. La verdad es que no hay un proyecto político, y el bloque nunca lo tuvo. Siempre fue un acuerdo de gobierno y electoral, porque tenían en ese entonces una gran candidata, con un programa que llegó a ser la Biblia. Y por eso están muy complicados hoy, porque no tienen un proyecto que los aglutine.
El desafío de mantener la Nueva Mayoría hoy se traduce en un desafío para mantener las pegas, porque no sabemos qué es lo que pretende más allá este acuerdo de la centroizquierda chilena, y qué le ofrece al país.
¿Una derrota de la Nueva Mayoría en la presidencial de fin de año es el fin del conglomerado?
Pienso que sí, ya que el bloque no resistiría una derrota, considerando que además se termina el sistema binominal. Se abre la posibilidad de que el próximo gobierno pueda negociar con la Democracia Cristiana o con otras fuerzas. Mi impresión es que después de la presidencial se van a rearmar las fuerzas políticas.
Ventaja de la oposición
¿A la oposición la vez más madura para enfrentar los desafíos futuros del sector?
Encuentro una gracia que mientras la izquierda está muy dividida y confundida, la derecha no tenga esos problemas. Lo encuentro bien increíble. Porque nosotros estamos acostumbrados precisamente al espectáculo inverso.
¿La realización de la primaria presidencial va a favorecer o perjudicar a Chile Vamos?
La va a favorecer de todas maneras, aun cuando puede ser un trago más o menos amargo para Piñera en alguna instancia, porque obviamente va a recibir fuego amigo y no tan amigo, pero para la derecha va a ser bueno este proceso.
Además, está claro que al ir a primarias los candidatos tienen más exposición, puede intercambiar ideas e iniciar la campaña antes. En definitiva, me parece que es una ventaja para el sector.
Fuente: Carlos Cuadrado S./El Muro
