¿Cómo se puede entender la actual lucha a muerte por presidir la SOFOFA?
Santiago. 12 mayo 2017. Sin duda, el último proceso eleccionario de la SOFOFA quedara en los anales de la organización gremial. Nunca antes se había dado una disputa tan cerrada y sobre todo tan pública en torno a los nombres para presidir una de las más importantes organizaciones gremiales del país.
Y la pregunta que no pocos se hacen es ¿por qué ahora esta disputa? ¿qué es lo que está en juego en esta elección que la ha hecho tan distinta?
Algunos dirigentes de la SOFOFA han señalado que se debe a que el empresariado se estaría dando cuenta de la importancia del gremio, y de la necesidad de influir en forma más eficaz en las políticas públicas, sin embargo, a esta respuesta tan simple, se contrapone una realidad mucho más compleja y que permite interpretaciones en variadas direcciones.
Conocedores de la dinámica al interior de la SOFOFA, señalan que sería varios los factores que han hecho de estas elecciones, algo “especial”, entre los que se encontrarían los siguientes:
El factor Luksic
Uno de los factores que tal vez más ha influido en la guerra declarada en estas elecciones de la SOFOFA, es la nueva estrategia impulsada por Andrónico Luksic, y que él mismo ha catalogado como “sin intermediarios”, lo que significa que los empresarios ya no deberían depender de políticos o “funcionarios” gremiales para defender sus intereses, sino que deben ser ellos mismos los que salgan a explicar su labor.
Postura que habría sido recogida por el actual candidato a presidir el gremio, Bernardo Larrain Matte, quién ha asumido una actitud diametralmente opuesta a la de su tío Eliodoro Matte, quién después de la llamada “colusión del papel” se retiró de la primera línea, tanto en el CEP como en CMPC.
Seguir la estrategia de Andrónico Luksic es lo que en definitiva habría impulsado a Larraín Matte a dar un paso al frente, en vez de un paso al costado, ante el escándalo público que afectó a la CMPC y de la cual es miembro del directorio.
El factor Llugany
Otro factor de tipo más interno, pero no por eso menos importante, estaría dado por la personalidad y formas de actuar de algunos de los protagonistas de estas elecciones 2017.
Así, por ejemplo, se destaca la figura de José Juan Llugany (principal artillero de la candidatura de Rodrigo Álvarez), actual vicepresidente de la SOFOFA (y el más fuerte aliado del actual presidente Hermann Von Mühlenbrock) y quien por 20 años fuera gerente general de Carozzi y ahora miembro de su directorio.
Lo anterior, debido a que el estilo confrontacional y duro de Lluganys ha dejado más de algún herido.
Como ejemplo, basta recordar que recién asumido como vicepresidente de la SOFOFA, Lluganys declaró al diario El Pulso (22 junio 2015) que: “Yo tengo una visión muy negativa de los que esta pasando en el país” y “Veo al Gobierno con una visión absolutamente anti empresa privada”, agregando que “la propuesta de Reforma Laboral es nefasta”.
Además, Lluganys fue uno de los mayores defensores de la declaración de la SOFOFA ante la violencia en la Araucanía, donde el organismo gremial señaló que en la zona “ya no impera el estado de derecho”, lo que causó un gran revuelo en el mundo político y en especial en el Gobierno.
Lluganys fue también el más duro de los dirigentes ante la llamada “propuesta de la disidencia” de reestructurar el gremio y que se concretó en la famosa carta de los “disidentes” con las firmas de Bernardo Larraín Matte, Gonzalo Said, Juan Manuel Santa Cruz, Alfonso Swett y Richard Von Appen.
Dureza que también ha permeado su actividad al interior de la SOFOFA, en donde se ha granjeado anticuerpos incluso entre los funcionarios permanentes del organismo gremial.
Todo lo anterior, muy en la línea con la postura del dueño de empresas Carozzi, Gonzalo Bofill, quien ha declarado públicamente su oposición a que Bernardo Larraín Matte sea el próximo presidente de la SOFOFA, porque “No considero prudente que el empresariado elija como máximo directivo a quien estuvo en el directorio de una empresa involucrada en un caso de colusión”
Cabe agregar que Bofill, a través de Lluganys, es uno de los principales impulsores de la candidatura que desafía al clan Matte, el abogado Rodrigo Álvarez.
El Factor Bernardo Matte Larraín
Otro factor que ha enturbiado el procesado más allá de los natural y obvio, es la actitud que también han asumido algunos de los seguidores de Bernardo Larraín Matte, entre ellos, quien se ha convertido en una especie de “jefe de campaña”, su tío Bernardo Matte, que según fuentes consultadas por EL MURO, ha ejercido una presión cercana al “amedrentamiento” en contra de quienes no apoyen a su sobrino en esta aventura por presidir la SOFOFA.
Es así como se mencionan varios casos en donde un enfurecido Bernardo Matte habría enfrentado a ejecutivos o empresarios que no apoyan explícitamente a su sobrino, generando un ambiente que consideran abusivo, teniendo en cuenta el peso y la extensión de los intereses económicos del Grupo Matte.
Bernardo Matte es considerado, además, como el de mayor experiencia política en la familia, toda vez que fue un fuerte aliado de Andrés Allamand en los años 80 para fundar el Movimiento de Unión Nacional y también un activo dirigente en RN, además de miembro del directorio de TVN y uno de los fundadores del Instituto Libertad, el centro de estudios de Renovación Nacional.
Sin embargo, la experiencia política no se sabe si le ha jugado a favor o en contra, pues el estilo “amenazante” en su rol como jefe de campaña, (que entre políticos podría funcionar), entre empresarios y ejecutivos ha generado variadas resistencias.
Por último, se le menciona también como quien ha liderado los ataques contra Rodrigo Álvarez, señalando por ejemplo, que de salir electo Álvarez, el presidente Piñera no lo recibiría jamás, debido a la molestia que le provocó su renuncia al ministerio de energía durante su primer mandato presidencial.
El factor de los “Riquelme” contra los “Poblete”
Algunos señalan también que otro factor determinante en la agresividad del actual proceso eleccionario, estaría dado por el carácter de pelea entre “los Riquelme y los Poblete”, que ha tomado el proceso, o dicho en forma más clara, la lucha entre “ricos” y “pobres”, o en términos más formales, entre grandes empresarios versus medianos y pymes.
Y es que las instancias gremiales de este tipo son el único espacio en donde pequeños y medianos empresarios pueden sentarse de igual a igual con los grandes grupos económicos del país. Es en esta lógica que tradicionalmente se ha optado por presidentes que tengan carrera dentro del gremio y que no estén comprometidos con alguno de los “grandes”, pues sería la única forma en que la independencia y la verdadera representación gremial de todos se haría viable y creíble.
De hecho, esta tendencia se ve no solo en la disputa por la presidencia de la SOFOFA, sino también en las candidaturas de los consejeros electivos de la entidad gremial, en donde se destaca que los grandes grupos empresariales como Luksic, Matte y Angelini están presentando un mayor número de candidatos que en otras oportunidades.
Por ejemplo, Luksic lleva como candidatos a Oscar Hasbún, Rodrigo Hinzpeter y Felipe Joannon; el grupo Matte a María Ignacia Benítez y Luis Gazitúa y en el caso del grupo Angelini, a Ramiro Méndez, Eduardo Navarro y Arturo Natho.
De triunfar con todos sus postulantes, y sumando los consejeros que no se renuevan en esta oportunidad, el grupo Luksic quedaría con 5 consejeros (antes tenían solo 3), el grupo Matte con 4 (antes tenía 3) y Angelini también con 4 (antes tenía solo 2), por lo que más de alguno se atreve a decir, que “quieren pasar la aplanadora”.
El factor “Manano”
Por último, se menciona como otro de los factores que han hecho de esta elección SOFOFA 2017 un evento tan especial, el que con solo un par de años de participación activa en la SOFOFA, a Bernardo Larraín Matte (en la familia lo llaman “Manano”) se le puso entre “ceja y ceja” el ser presidente del gremio.
Fuentes consultadas por este medio señalan que en un principio la opción no fue respalda por la familia Matte, pero ante la insistencia de “Manano” se habrían sumado.
Esta voluntad inflexible por conseguir la presidencia estaría haciendo más difícil lo que es una tradición en el gremio empresarial: negociar, incluir, excluir, sumar, restar y en el fondo, hacer todos los ajustes y desajustes necesarios para poder llegar con una lista única y de consenso. Dinámica que se habría visto entorpecida por la decisión de Larraín Matte de llegar hasta las últimas consecuencias y conseguir para sí, el principal sillón de la SOFOFA.
Fuente: El Muro.
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