Punta Arenas. 21 mayo 2011. La carta de navegación ya está definida. La Nao Victoria reapareció frente a las aguas por las que navegó hace 491 años, cuando Hernando de Magallanes, portugués al servicio de España, descubrió el Estrecho de Magallanes.
Una réplica a escala real de la histórica embarcación fue presentada en sociedad este viernes. El proyecto, perteneciente a Juan Matassi Alonso, es el primero de su tipo en Chile.
A orillas del Estrecho de Magallanes, ruta Y-565, a 7,5 kms de la capital regional, sector el Humedal de Tres Puentes, se construyó la nave. Allí la iniciativa apunta a convertirse en un museo de sitio interactivo y dinámico que simulará la experiencia de navegación del siglo XVI en el Estrecho de Magallanes. Será equivalente, en calidad y diversidad, a la oferta que existe en el mercado europeo en productos similares.
El barco, que comenzó a construirse hace once meses, incluye además elementos históricos y mobiliario, que los visitantes podrán tocar y mover. También se considera la realización de actividades como subir a la cofa de los mástiles o trabajar con los cabos o el gobierno.
Presenta figuras de tamaño real de los personajes de la gesta de Magallanes, con su vestuario y artículos personales. Para este efecto, se confeccionó prendas y armas utilizadas en la época.
La fase siguiente de la propuesta, cuya inauguración está prevista para octubre, contempla automatizar movimientos de los personajes que recrean la historia en la nave. A través de la robótica se les “dará vida”. Actualmente la “Nao Victoria” cuenta con sistema de sonido en la bodega y entre puente, que aparenta al que se ecucha al momento de navegar. En los próximos meses se implementará audio y video en la cubierta. En conjunto constituirán la tecnología para la experiencia interactiva que se ofrecerá a los visitantes. Para ello se recurrió al apoyo de CORFO por un monto de 50 millones de pesos.
“Estoy contento. Es un gran alivio, pero no hemos terminado. Queda mucho por hacer”, comentó Matassi, quien ha dedicado casi tres años a la iniciativa. Durante este tiempo investigó, recorrió por Europa y América, y generó correspondencia con australianos. Todos países en que se ha edificado la réplica de la histórica embarcación o similares. De acuerdo a cifras que el propio Matáis maneja, proyectos del mismo tipo en España han significado un costo de entre 3 ó 4 millones de dólares. Cantidad que dista del monto que debió desembolsar para cristalizar su sueño: 400 mil dólares.
“Con esta iniciativa estoy demostrando que los privados podemos generar este tipo de proyectos. Me ha costado convencer a más gente e instituciones para que me apoyen. Pero decidí comenzar, pese a esos inconvenientes y dejar en claro que se puede. Además, se trata de algo innovador”, insistió el empresario turístico.
En la construcción de la embarcación lo acompañaron cuatro trabajadores en forma estable, entre ellos Juan Cariñanco, carpintero de ribera (era a la vez ingeniero, proyectista y constructor), que desde los 8 años de edad conoce el oficio.